Bryan Johnson: el multimillonario que quiere revertir el envejecimiento
¿Y si envejecer fuera opcional?
Es una pregunta provocadora, casi incómoda. Pero para Bryan Johnson, colaborador de The Network School, no es ciencia ficción: es su día a día.
Este emprendedor tecnológico que vendió su startup Braintree, propietaria de Venmo, por 800 millones de dólares a Paypal ha decidido usar su fortuna para perseguir un objetivo que roza lo imposible: revertir el envejecimiento y mantenerse biológicamente joven el mayor tiempo posible.
Su proyecto se llama Blueprint y ha convertido su cuerpo en el campo de pruebas más sofisticado del mundo.
🧬 El experimento más radical del mundo: Blueprint
Blueprint es, literalmente, un protocolo de longevidad extrema en el que él mismo es el conejillo de indias. En sus propias palabras:
Mi cuerpo es un laboratorio. Lo monitoreo, lo optimizo, y lo trato como si fuera una startup.
Veo mi cuerpo como una colaboración entre inteligencia biológica y tecnológica. Cada órgano es un equipo, cada célula un trabajador. Y yo soy el CEO encargado de que todos funcionen en armonía.
Bryan Johnson invierte nada más y nada menos que 2 millones de dólares al año en su régimen de longevidad, que incluye una amplia gama de suplementos, tratamientos médicos y tecnologías de monitoreo avanzado.
En cuanto a los suplementos, Johnson ha mencionado que su dieta diaria —que abarca tanto alimentos como pastillas— tiene un coste aproximado de 16 dólares por día.
Rutina diaria
Cada día, Bryan Johnson sigue una rutina calculada al milímetro:
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Toma más de 100 pastillas, entre las que se incluyen:
- Vitaminas y minerales esenciales (como vitamina D, zinc, magnesio, etc.)
- Compuestos antioxidantes y antiinflamatorios (como cúrcuma, jengibre, ajo envejecido, NAC)
- Suplementos para la salud cardiovascular y metabólica (como omega-3, metformina o acarbosa)
- Compuestos dirigidos a la longevidad (como NMN, NR, espermidina)
- Otros complementos para mejorar la función mitocondrial, cognitiva, articular y la calidad de la piel.
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Sigue una dieta vegana hipocalórica con exactamente 2.250 calorías al día, lo que representa una restricción calórica del 10% respecto a las recomendaciones estándar (RDA). La dieta incluye 130g de proteínas, 206g de carbohidratos y 101g de grasas saludables, y elimina por completo el azúcar añadido, comida procesada, alcohol, fumar, grasas trans y otros muchos componentes considerados dañinos o innecesarios.
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Su sueño es, literalmente, su prioridad número uno. Se acuesta y se levanta todos los días a la misma hora, durmiendo de forma sistemática entre 7 y 9 horas por noche. Se define como un "dormidor profesional" y sigue una rutina estricta que incluye:
- Actividades relajantes antes de dormir, como leer, meditar o tomar un baño caliente.
- Exposición a luz solar natural nada más despertar, para regular sus ritmos circadianos.
- Evitar luz azul y comidas durante las 2–3 horas previas al sueño, entre muchas otras prácticas.
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Además, se somete de forma regular a escáneres corporales, análisis de sangre, resonancias magnéticas, exámenes dentales avanzados, pruebas de microbiota intestinal y análisis genéticos.
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Cada dato es registrado, analizado y utilizado para optimizar su protocolo, como si su cuerpo fuera una empresa en constante revisión. Todo se ajusta en tiempo real, con el objetivo de mantener cada uno de sus órganos en su "mejor versión histórica".
Podéis encontrar una guía completa de su rutina diaria al final de este artículo.
Los 5 mandamientos de Blueprint
Más allá de las excentricidades que está probando con su propio cuerpo, los 5 mandamientos de Blueprint que implementamos en The Network School están al alcance de cualquiera para llevar una vida más sana y son tan sencillos como lo siguiente:
- Calidad de sueño
- Dieta y suplementación Blueprint
- 6 horas de ejercicio semanales
- Comunidad: Familia y amistades
- Evitar alcohol, comida basura, tabaco y adicciones (incluyendo redes sociales)
Su meta: mantener sus órganos, piel, cerebro, y funciones corporales en un estado similar al de un joven de 18 años. Ya ha logrado tener el corazón de un treintañero, la piel de alguien de 28 y el estado físico de un veinteañero… según sus médicos. En sus propias palabras:
No estoy tratando de vivir para siempre. Estoy tratando de vivir el mayor tiempo posible con el mayor nivel de funcionalidad posible. Eso es libertad.
🩸 Transfusiones, IA y controversia
Una de las decisiones más polémicas fue cuando Bryan se sometió a una transfusión de plasma proveniente de su hijo de 17 años, con el objetivo de rejuvenecer sus órganos.
- Esta práctica, conocida como "plasma joven", ha sido cuestionada por la comunidad científica.
- Muchos la consideraron ética y moralmente cuestionable, y la reacción pública fue negativa.
- Tras las críticas, Johnson anunció que había abandonado ese protocolo por falta de evidencia significativa.
El costo de su tratamiento que se estima en 2 millones de dólares también ha sido altamente criticado … ¿Qué valor tiene su modelo si solo puede ser replicado por multimillonarios? Muchos acusan su estilo de ser un "biohacking para ricos" sin aplicación práctica para la población general. Pero la realidad es que la mayor parte de sus medidas pueden ser replicadas por cualquiera, Bryan Johnson es una excepción que lleva su cuerpo al límite.
Además, utiliza inteligencia artificial para interpretar todos los datos de su cuerpo y optimizar sus decisiones médicas. Cada órgano es tratado como un subsistema que puede ser monitoreado, evaluado y mejorado. Johnson afirma lo siguiente:
Tomo decisiones basadas en datos, no en deseos. He entregado mi ego a un algoritmo.
Pese a las críticas, el uso de datos e inteligencia artificial para actuar de manera proactiva en lugar de reactiva en el ámbito de la salud es una tendencia creciente. Empresas como WHOOP han desarrollado pulseras que registran datos del ritmo cardíaco, variabilidad de HRV o la calidad del sueño entre otros a los que luego aplican técnicas de IA para optimizar la salud. O InsideTracker combina análisis de sangre, ADN y biomarcadores con IA para ofrecer planes de salud personalizados.
👨⚕️ ¿Ciencia o espectáculo?
Para garantizar la rigurosidad de su protocolo, Bryan Johnson ha reunido a un equipo multidisciplinar compuesto por más de 30 profesionales de alto nivel, incluyendo médicos, gerontólogos, nutricionistas, bioingenieros, genetistas, investigadores del sueño, entrenadores de élite y expertos en longevidad. El equipo opera bajo una metodología científica rigurosa, con el objetivo de cuantificar cada aspecto del funcionamiento humano y realizar intervenciones basadas en evidencia.
Uno de los nombres más visibles dentro del equipo es el Dr. Oliver Zolman, médico especializado en longevidad clínica, responsable de coordinar las intervenciones biomedicas para rejuvenecer cada órgano. Junto a ellos, una red de laboratorios, clínicas de análisis genético y empresas de tecnología médica que colaboran en la evaluación de resultados.
Todos los datos, progresos y métricas de Bryan se publican abiertamente en su sitio blueprint.bryanjohnson.com, como parte de su compromiso por democratizar el acceso a la salud. Su objetivo declarado es que cualquier persona, en el futuro, pueda acceder a un modelo de prevención y optimización que hoy solo pueden permitirse los más ricos.
Filosofía de vida: "No morir"
Bryan Johnson sostiene una visión audaz y controvertida: considera que la muerte no es un destino inevitable, sino un problema técnico que la humanidad puede resolver. En una entrevista con la revista 032c, Johnson expresó que es hora de que la inteligencia artificial asuma la tarea de salvar la Tierra, subrayando su creencia en la capacidad de la tecnología para abordar desafíos existenciales como el envejecimiento.
Para Johnson, la biología es un software que puede ser reprogramado. Su enfoque se basa en la idea de que, al comprender y manipular los procesos biológicos a través de la ciencia y la tecnología, es posible no solo detener el envejecimiento, sino también revertirlo.
Blueprint no es un experimento de vanidad. Es una empresa de salud personal con una sola misión: demostrar que el deterioro es evitable.
El trabajo de Johnson podría marcar un antes y un después en la medicina personalizada, la prevención de enfermedades y la forma en que entendemos la longevidad.
Bryan Johnson no es un gurú, ni un influencer de salud más. Es, posiblemente, el primer humano que intenta aplicar el método científico y los recursos tecnológicos del siglo XXI para vencer a la vejez. Y aunque su estilo provoque fascinación y rechazo por igual, nadie puede negar que está lanzando una pregunta al mundo:
¿Y si envejecer fuera opcional?
Bryan Johnson
Bryan Johnson no es el típico fundador. Su formación inicial fue en negocios internacionales y filosofía, y se crio en una familia mormona en Utah. Desde joven mostró una mezcla poco común: visión tecnológica, curiosidad filosófica y mentalidad emprendedora.
Después de fundar y vender Braintree (la empresa que procesaba pagos para Airbnb, Uber y otras grandes startups) a PayPal por 800 millones de dólares, en lugar de retirarse o seguir invirtiendo en startups tradicionales, Johnson creó su propia firma de inversión en ciencia y tecnología: el OS Fund, dedicada a financiar proyectos que, en sus palabras, "construyen el futuro de la civilización".
Su enfoque siempre ha sido de larga visión y alto impacto: biotecnología, inteligencia artificial, exploración del conocimiento humano. En esa misma línea, colabora en Network School junto a Balaji Srinivasan, una comunidad educativa de élite enfocada en tecnología, descentralización y salud integral. En esta escuela, situada en una isla cerca de Singapur, Johnson implementó elementos de su protocolo Blueprint —desde las comidas optimizadas hasta las rutinas de ejercicio—, convirtiendo el campus en una especie de laboratorio viviente de su filosofía.
Y es desde esa mentalidad que nace Blueprint, su proyecto más personal y radical: aplicar ciencia de vanguardia, datos y tecnología para vencer el envejecimiento y vivir con vitalidad el mayor tiempo posible.